A menudo se piensa que el Pilates es una disciplina reservada solo para mujeres o para quienes ya tienen una flexibilidad excepcional. Esta creencia limita el acceso a una práctica con enormes beneficios para la salud física y mental. Y el Pilates no es solo para mujeres ni para personas flexibles.
En este artículo, desmontamos esa idea y te mostramos cómo el Pilates es para todos los cuerpos, todas las edades y todos los niveles de experiencia, especialmente si eres una mujer que quiere mejorar su bienestar.
¿Por qué existe esta creencia?
El origen del estereotipo
El Pilates ha sido popularizado en redes sociales y medios de comunicación con imágenes de mujeres jóvenes y muy flexibles realizando posturas aparentemente complejas. Esto ha contribuido a una visión distorsionada: que se necesita tener un cuerpo ágil y entrenado para empezar.
La realidad detrás del método
Lo cierto es que el método Pilates fue creado por un hombre, Joseph Pilates, y originalmente utilizado por atletas, soldados y personas en rehabilitación física. Desde sus inicios, su objetivo fue fortalecer el cuerpo desde el centro, mejorar la postura, la movilidad y prevenir lesiones.
¿Quién puede practicar Pilates?
Para mujeres de todas las edades
Muchas alumnas llegan a nuestras clases pensando que están «demasiado mayores» o «fuera de forma» para empezar Pilates. La verdad es que el Pilates se adapta a ti, no al revés.
- ¿Tienes rigidez en la espalda o caderas? Perfecto, Pilates trabaja eso.
- ¿Te falta fuerza en el abdomen o equilibrio? Justo eso se entrena en cada sesión.
- ¿Estás pasando por una etapa de estrés o ansiedad? La respiración consciente y el control corporal ayudan a equilibrar mente y cuerpo.
No necesitas ser flexible para empezar
De hecho, muchas personas comienzan Pilates porque NO son flexibles. La flexibilidad es una consecuencia, no un requisito. Con constancia, irás ganando amplitud de movimiento sin forzar tu cuerpo.
Beneficios reales del Pilates más allá del mito
- Mejora de la postura y reducción del dolor lumbar.
- Aumento de la fuerza profunda, especialmente en el core.
- Reducción de niveles de estrés y mejora del sueño.
- Mayor movilidad articular y control del cuerpo.
- Sensación de empoderamiento físico y mental.
Ejemplos prácticos: historias que rompen la norma
Caso 1: Ana, 49 años, oficinista
Ana llegó a clase con molestias de cuello y sin haber hecho ejercicio en años. Temía no “dar la talla” al ver vídeos de Pilates en redes. Dos meses después, no solo ha mejorado su postura, sino que ha ganado fuerza y se siente más segura en su cuerpo.
Caso 2: Laura, 38 años, madre de dos hijas
Laura pensaba que el Pilates era “muy suave” y solo para mujeres delgadas. Lo probó por recomendación médica y descubrió que nunca había trabajado tanto sus músculos profundos como en una sesión de Pilates suelo.
¿Cómo elegir un buen lugar para empezar?
Si eres mujer y te estás planteando comenzar pero aún tienes dudas, fíjate en:
- Centros que adapten las clases a todos los niveles.
- Profesionales que entiendan tus necesidades y tus miedos.
- Un ambiente de respeto, escucha y evolución progresiva.
Pilates es para ti, sea cual sea tu punto de partida
No necesitas ser flexible ni encajar en un perfil específico para empezar Pilates. Solo necesitas dar el primer paso. Si estás leyendo esto, es porque algo dentro de ti sabe que es el momento de priorizar tu bienestar.
¿Te animas a descubrirlo por ti misma?
Te invitamos a probar una clase con nosotras en Estudio Pilates Euskalduna y sentir en tu propio cuerpo los beneficios del método.
Transforma tu cuerpo, calma tu mente y demuestra que Pilates es para ti.
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