Ejercicio adaptado para superar el miedo a lesionarse entrenando

Miedo a Lesionarse Entrenando: Cómo Superarlo con Confianza

Bilbao

en

El miedo a lesionarse entrenando

Muchas mujeres llegan a consulta o a su primera clase con una frase que lo resume todo:
“Tengo miedo de hacerme daño otra vez” o “no quiero que se me agrave el dolor que ya tengo”.

Este tipo de pensamiento es más común de lo que parece, sobre todo en quienes han pasado por lesiones previas, dolencias persistentes o simplemente llevan tiempo sin moverse. El miedo a lesionarse entrenando se convierte en una barrera invisible pero poderosa que bloquea la posibilidad de recuperar la movilidad y la confianza en el cuerpo.

En este artículo te explicamos por qué ese miedo aparece, cómo afrontarlo y qué tipo de movimiento sí puedes (y deberías) hacer si tienes dolor.


¿Por qué es tan común este miedo en mujeres?

1. Por experiencias previas con dolor

Si tuviste una lesión entrenando o haciendo alguna actividad, es natural que el cuerpo asocie “movimiento” con “riesgo”. Este mecanismo de defensa, aunque útil al principio, puede perpetuarse más allá de lo necesario.

2. Por la falta de acompañamiento profesional

Muchas veces se empieza a entrenar sin una guía adecuada, lo que genera más inseguridad. El miedo no desaparece si nadie te explica qué puedes hacer y cómo.

3. Por presiones externas y autoexigencia

Las mujeres tienden a poner el foco en hacerlo todo bien, no molestar o “seguir el ritmo” del grupo. Esta presión interna hace que ante la duda, prefieran no moverse.


¿Qué consecuencias tiene el miedo a lesionarse?

  • Evitas cualquier tipo de actividad física.
  • Sientes que pierdes movilidad, agilidad o fuerza con el tiempo.
  • Aparecen nuevas molestias por el sedentarismo o malas posturas.
  • Se refuerza la idea de que “no puedes” o “no estás hecha para esto”.
  • Aumenta el estrés y la frustración por no sentirte en control de tu cuerpo.

El movimiento es parte de la solución, no del problema

Es importante comprender que el reposo perpetuo no cura. Todo el sistema musculoesquelético necesita estimulación progresiva para sanar, recuperar fuerza y ganar seguridad.
Lo clave está en cómo y con quién lo haces.


Qué hacer si tienes miedo a lesionarte entrenando

1. Busca un entorno seguro y sin juicio

Evita clases masificadas o instructores que te presionen a hacer más de lo que puedes. Opta por grupos reducidos o clases individuales, donde se escuche lo que necesitas.

2. Empieza por movimientos simples y funcionales

Actividades como Pilates, movilidad consciente o entrenamiento funcional adaptado son perfectas para volver a moverte con control, respiración y sin impacto.

3. Informa siempre de tu situación

No des por hecho que tu entrenadora ya lo sabe. Comunica si tienes una lesión, un dolor crónico o simplemente miedo. Eso marcará la diferencia en tu experiencia.


Ejemplo práctico: Silvia, 49 años

Después de una lesión lumbar, Silvia estuvo casi dos años sin hacer ejercicio. Probó volver al gimnasio, pero el miedo a lesionarse entrenando la paralizaba. Empezó en clases de movilidad terapéutica con un enfoque progresivo.
Hoy entrena dos veces por semana, ha ganado fuerza abdominal, mejorado su postura y, sobre todo, ha recuperado la confianza en su cuerpo.

“No fue de un día para otro, pero con el acompañamiento adecuado dejé de tenerle miedo al movimiento. Ahora siento que mi cuerpo está de mi parte.”


5 señales de que es hora de empezar a moverte de nuevo

  • Te duele más por estar sentada o inactiva que por moverte.
  • Te cuesta hacer cosas básicas (atarte los zapatos, subir escaleras…).
  • Te sientes rígida, sin energía y con miedo constante a lesionarte.
  • Te gustaría moverte, pero no sabes por dónde empezar.
  • Sientes que has perdido fuerza o movilidad con el tiempo.

¿Qué tipo de ejercicios son seguros si tienes miedo al dolor?

  • Movilidad articular suave: círculos de hombros, balanceo de pelvis, giros cervicales.
  • Activación del core: respiración diafragmática, dead bug, bird dog.
  • Trabajo de fuerza progresiva: con gomas, peso corporal o mancuernas ligeras.
  • Pilates terapéutico o funcional adaptado.

Todo esto se adapta a tu nivel y condición, siempre con acompañamiento.


El miedo se vence moviéndote con conciencia

Sentir miedo a lesionarte o a empeorar tu dolor es natural. Pero no debe paralizarte. Con el entorno adecuado, ejercicios adaptados y un acompañamiento profesional que entienda tu proceso, puedes volver a moverte con seguridad, confianza y libertad.

¿Y si el primer paso no es saltar ni correr, sino moverte suave, acompañada y sin presión?
Empieza hoy. Tu cuerpo te está pidiendo que vuelvas a confiar en él.

Descubre nuestra ubicación privilegiada

Llamada Asesoramiento

Nombre(Obligatorio)